CAÑA DE AZÚCAR Y SEGURIDAD

Café de Mañana/Por José Luis Enríquez Ambell.

La seguridad pública no atraviesa por sus mejores momentos. La nota roja se hace cada vez más densa y la ciudadanía lo siente, lo percibe y lo comenta.

A unas semanas del próximo arranque de molienda de caña, la población en zonas cañeras y azucareras de Veracruz, que se dedican a esta actividad, se inquieta ante el peligro que conlleva el aumento de las actividades productivas junto al incremento de la inseguridad pública.

Nací en Juan Díaz Covarrubias, municipio de Hueyapan de Ocampo, Ver. Mi padre José Luis Enríquez González (qepd) fue obrero y líder social por más de 40 años desde el ingenio Cuatotolapan. Por eso conozco y aprecio todas las actividades esforzadas de las familias trabajadoras de ese sector y, por ello, considero primordial reflexionar acerca de las condiciones necesarias para que las cosas salgan bien en el universo cañero y azucarero.

Somos una entidad con poco más de 8 millones de habitantes, donde existen 18 ingenios azucareros en producción, de los 50  que hay en el país -el 36% de ellos- que permiten a 1 millón de veracruzanos -más del 12 % de la población-, vivir y forjarse un futuro. Las tierras cañeras y los ingenios son parte de la espina dorsal en la economía de todo Veracruz y para México.

Entre noviembre y diciembre inicia la época de zafra y producción  de azúcar, y con ello la movilización de otros sectores productivos; sin embargo,  también aumenta la inseguridad en las regiones y municipios -poco más de 80 de los 212, es decir, cerca del 40 % de ellos-, donde están asentados los ingenios.

Es contradictorio lo que ocurre; lo positivo que trae el esfuerzo de las personas y la movilidad económica viene acompañado de la sombra de quienes quieren llevarse esa riqueza sin tener que trabajar por ello. No sólo es injusto también es contrario a cualquier desarrollo económico y social.

En esta ocasión hay otro factor a considerar: los cambios de autoridades municipales pueden dar lugar a discontinuidad o falta de organización de la seguridad pública. Ésta no se debe fragmentar en ningún municipio, y especialmente en las regiones donde las autoridades del sector estiman moler alrededor de 20.5 millones de toneladas de caña que producen las distintas variedades de azúcar con las que endulzamos nuestras mesas.

Estamos en los linderos del tiempo para prever la protección a la que tiene derecho esta industria y todos sus trabajadores.

¡ ES CUANTO !

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