El “dueño” de Veracruz

Punto de Vista/Por Filiberto Vargas Rodríguez.

Prefacio.

Allá por octubre del 2008, cuando el ayuntamiento de Pánuco era gobernado por Ricardo García Guzmán, se anunciaron varios ajustes a su equipo de colaboradores, a partir de “una minuciosa evaluación de su desempeño”. Ese día se dio a conocer que Bertha Trejo Saucedo dejaba el cargo de directora de Alcoholes y en su lugar fue nombrada Yendi Guadalupe Torres Castellanos. *** La cercanía de esta abogada con la familia García Guzmán databa, pues, de ya muchos años. Su presencia y actividad en la zona de Pánuco eran recurrentes. Quizá a eso se refería el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares cuando anticipó que el asesinato de Yendi Guadalupe “no está vinculado con su trabajo” (era la Fiscal Especializada en Delitos contra la Libertad y la Seguridad Sexual y Contra la Familia). *** A Yendi Guadalupe Torres la sorprendieron cuando llegaba a las oficinas de la Fiscalía Regional, ubicada en la calle J. Colorado, número 307 de la colonia Maza de Pánuco, justo a las nueve de la mañana. *** Los sicarios le dispararon en varias ocasiones y se marcharon sin prisas. Como si supieran que nadie los trataría de detener. No mostraron el menor temor a una réplica de las autoridades de Veracruz. *** Y mientras tanto, el alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, quien sigue recorriendo la entidad en una campaña disfrazada de “conferencias sobre buen gobierno” (por cierto, el punto en el que inició estos eventos fue, justamente, Pánuco) sale a defender a su papi y asegura que eso de la violencia en Veracruz no son más que “rumores”.

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Miguel Ángel Yunes Linares lo sabe, pero lo ciega el coraje, le ganan las vísceras.

El Artículo 115 de la Constitución federal, en su fracción III establece las funciones y servicios públicos que estarán a cargo de los municipios. Uno de ellos, dice, es el de la seguridad pública, aunque advierte que esto sucederá “en los términos del Artículo 21 de esta Constitución”.

El Artículo 21, en su noveno párrafo acota: “La seguridad pública es una función a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios, que comprende la prevención de los delitos; la investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta Constitución señala”.

Yunes Linares es abogado, egresado de la facultad de derecho de la Universidad Veracruzana. Dicen, quienes lo conocen, que es un buen jurista.

Sabe, por lo tanto, que los ayuntamientos son autónomos y que los alcaldes no son sus empleados. Debe entender, entonces, que si los invita a una reunión, es muy probable que algunas agendas no coincidan con sus tiempos.

Pero al actual gobernador de Veracruz no le gusta que lo desobedezcan. Tiene la errónea idea de que no es gobernador, sino dueño de Veracruz y por lo tanto todos, sin excepción, le deben rendir pleitesía.

Este lunes Miguel Ángel Yunes Linares convocó a los alcaldes en funciones y electos de las ciudades más grandes de la entidad, con el fin de hablar sobre el grave –gravísimo- problema de inseguridad que padece Veracruz.

Como sucede en cada evento de este tipo, al finalizar el gobernador –autoimpuesto como “vocero” del Grupo Coordinación Veracruz- ofreció conferencia de prensa y criticó la ausencia del alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, lo mismo que del presidente municipal electo, Hipólito Rodríguez.

“El grupo de coordinación valorará si ante la inasistencia y falta de compromiso de estos futuros servidores públicos, decidimos entregarle la responsabilidad de la seguridad pública a las personas que tomarán posición el día primero de enero, de tal manera que si ellos no asisten a las reuniones a las que son convocados para coordinar los esfuerzos de los tres órdenes de gobierno en esta tarea que es sustantiva, entonces que se hagan cargo directamente de esta responsabilidad”, amenazó Yunes Linares.

Él sabe que, legalmente, no lo puede hacer. Pero en su papel de “dueño de Veracruz”, se puede dar esos lujos.

Aunque el mensaje fue dirigido a Hipólito Rodríguez, lo cierto es que el gobernador también hizo notar la ausencia de Américo Zúñiga, el mismo al que allá por el mes de abril de este mismo año, elogió por haber sido “uno de los presidentes municipales que mejor ha entendido esa responsabilidad y ese reto” (el de combatir a la delincuencia, en forma coordinada, desde los tres niveles de gobierno).

Claro, en aquella ocasión Américo Zúñiga le entregó al gobierno estatal equipo e implementos para personal operativo de Seguridad Pública.

Al referirse al alcalde de Xalapa, en aquella ocasión Yunes Linares expresó: “Desde el primer día nos propuso trabajar de manera conjunta para hacer las gestiones necesarias para que el Gobierno Federal nos apoyara un poco más y logramos que llegara la Gendarmería Nacional a Xalapa. Resultado de ello, fue que algunos índices delictivos, como el robo a comercios, bajaran de manera radical”.

Un ejemplo más de que, cuando se enoja, Yunes Linares suele tropezar con su propia lengua.

El cambio de actitud con Américo Zúñiga tiene una explicación muy lógica: El gobernador está midiendo a los rivales a los que habrá de enfrentar su hijo en busca de la gubernatura el próximo año.

Con la confirmación de que José Antonio Meade será el candidato del PRI a la Presidencia, el gobernador de Veracruz entiende que el rival del “orgullo de su nepotismo” será el senador José Yunes Zorrilla, un político con amplio nivel de conocimiento y con muchos más positivos que negativos.

Yunes Linares sabe también que Américo Zúñiga forma parte del círculo más cercano de políticos comprometidos con el proyecto de Pepe Yunes. Será, una vez que se confirme la candidatura del senador peroteño, el nuevo dirigente estatal del PRI.

Todas esas circunstancias ubican a Américo Zúñiga, ya no como “el hijo de mi amigo el maestro Guillermo Zúñiga”, ni como “un alcalde aliado”. Ya fue borrado de esas listas y ahora aparece a la cabeza de los rivales a vencer.

Américo Zúñiga no se sube al ring. Sabe que la batalla, en la arena política, se dará el próximo año. No tiene caso desgastarse y abrir un frente que le pudiera afectar a los xalapeños.

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Epílogo.

A propósito de la capital del estado, el pasado fin de semana la empresa calificadora Fitch Ratings emitió un boletín para informar que subió la calificación a ‘A+(mex)’ de ‘A(mex)’ al municipio de Xalapa, asignándole además una perspectiva crediticia es Estable. ¿La razón? Por la generación favorable de ahorro interno durante los últimos cuatro años, superior al promedio de los municipios calificados, y a la expectativa de que se mantenga favorable al cierre de 2017, por el dinamismo en la recaudación local y el control del gasto. Así pues, Hipólito Rodríguez recibirá una administración municipal saneada y vigorosa. No muchos de los alcaldes electos pueden presumir eso. *** La camioneta en la que viajaba la secretaria de Desarrollo Social de Veracruz, Indira Rosales San Román, derrapó en la carretera Veracruz-Xalapa, chocó contra un muro de contención y terminó volcada. La servidora pública fue trasladada al Centro de Alta Especialidad (CAE) de Xalapa. Su situación, informan, no reviste gravedad.

filivargas@gmail.com

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